Cuando hablo de gente que no distingue los productos más caros de los más baratos en el super, no estoy exagerando.
Cuando digo que existen personas que compran sin saber si el precio es, por lo menos, razonable, no estoy exagerando.
Cuando digo que tira más un buen descuento que un buen precio, tampoco estoy exagerando.
Es más, seguro que lo has visto u oído a alguien en épocas que hay por costumbre comprar masivamente,
Yo me harto cada año. Y cada año que pasa hago menos por tratar de explicarme.
Esto las grandes empresas (y no tan grandes) lo saben. Como consecuencia, vivimos en una rebaja permanente.
Antes las rebajas eran dos veces al año. Las de verano y las de invierno.
Ahora hay tantísimas rebajas que se podría decir que hay una por cada día del año.
Y cuando no son rebajas, son liquidaciones, preventas, packs, ofertas, taras…
En fin, que tonto es el que compra sin descuento.
Lo que yo aplico en mi día a día: ignora cualquier tipo de descuento que veas.
A lo único que hay que prestarle atención es al precio final.
Estás intercambiando dinero por algo y tienes que decidir si ese cambio te vale la pena.
En el momento que hay un descuento, el precio antiguo debe desaparecer del mapa para ti.
Ese objeto/servicio/lo que sea ahora vale menos y no tiene que importarte lo que valiera antes.
¿Por qué motivo comprarías algo más caro de lo que se puede conseguir?
En las tarifas de la luz hay muchos descuentos y hay que ignorarlos también.
Ir directamente al precio final y comparar.
Comparar, simular, calcular y decidir.
Te aseguro que si encuentras una tarifa con el 50% de descuento no será la más barata del mercado.
Optimización de la factura de la luz – 50% del ahorro justificado a un año vista. Amortizas en 6 meses.
Busco entre más de 50 tarifas actuales cual es la más barata para ti.
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