Ni tanto ni tan poco.
Los extremos siempre son malos.
Todo en su justa medida.
Estas y otras muchas formas más hay para decir que lo que está bien puede dejar de estarlo si se te va de las manos.
¿Cada cuánto revisas la presión de los neumáticos? ¿Una vez al mes? ¿A la semana? ¿Siempre que vas a conducir?
¿Cada cuánto pasas la aspiradora en casa? ¿Una vez cada día o siempre que ves una mota de polvo?
¿Cada cuánto revisas lo que te queda en la cuenta corriente? ¿A final de mes o cada vez que utilizas la tarjeta?
¿Cada cuánto vas al gimnasio? ¿3 veces a la semana o 3 veces al día?
Hay ciertas cosas que es importante hacerlas, correcto. A su vez, también es importante graduar la frecuencia con la que se hacen.
¿Es importante revisar los precios de las tarifas de la luz? Sí.
¿Deberías hacerlo cada mes? Yo te diría que no.
¿Cada vez que me cambie de casa? Te estás quedando corto amigo.
Una vez al año es una frecuencia correcta.
Es el tiempo que una comercializadora te suele mantener el precio fijo.
Es tiempo más que suficiente para que el mercado haya fluctuado.
Es tiempo de sobras para nuevas incorporaciones en el mercado que valga la pena valorar.
Si hace tiempo contrataste una buena oferta es probable que ese precio sea competitivo el primer año.
Pero ten por seguro que quien te hizo la oferta se lo intentará cobrar al año siguiente.
Y ahí es donde tienes que estar atento. En las renovaciones es donde se crujen a muchísimos clientes, y encima sin que se den cuenta.
Que no te tomen el pelo.
Asegúrate que estás contratando a buen precio.
Gástate lo que te ahorres en lo que te apetezca. ¿Te apetece subir a esquiar?
Optimización de la factura de la luz – 50% del ahorro justificado a un año vista. Amortizas en 6 meses.
Revisaré entre más de 50 tarifas actuales y contratarás la más barata con la certeza de no equivocarte.
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